Alcores, como entidad colaboradora en la prestación del Servicio de acogimiento residencial, apuesta por la eficacia, calidad y calidez del servicio, donde se ofrezca una respuesta adecuada a las necesidades específicas de las y los menores acogidos residencialmente.
El Acogimiento Residencial en Centros de Protección es una de las alternativas que dispone la Junta de Andalucía, como entidad pública responsable de proteger a los y las menores que por distintas causas se encuentran en situación de desamparo.
Esta entidad, como prestadora del Servicio de Acogimiento Residencial de menores bajo guarda o tutela administrativa de la Junta de Andalucía, responde a un modelo de atención donde prevalezca el interés superior del niño o niña.
El Centro de Protección garantiza la calidad técnica y la calidez de la atención y actuación profesional, y dispone de una dinámica de funcionamiento basada en el modelo de convivencia de la familia, donde se garantiza el cumplimiento de sus derechos, la satisfacción de las necesidades infantiles y su pleno desarrollo personal.
La finalidad de los centros residenciales, es proteger a aquellos y aquellas menores que por distintas causas se encuentran en situación de desamparo por una grave situación de riesgo o maltrato, ofreciendo una atención integral a los y las menores acogidas en el mismo, y velando por sus derechos, garantizando así su dignidad personal, seguridad, intimidad, etc.
El interés superior de nuestros centros de menores es atender, de manera integral, a niños, niñas y adolescentes en situación de desprotección, que no tienen cubiertas, al menos temporalmente, sus necesidades materiales, afectivas y educativas en el seno de sus propias familias, ofreciendo a los niños y niñas de nuestros centros alojamiento, convivencia, educación y la protección que el o la menor necesita para su desarrollo integral, así como, potenciando experiencias de aprendizaje y el acceso a los recursos sociales en las mismas condiciones que cualquier otra persona de su edad.
Sin duda, caminamos hacia un modelo de acogimiento residencial en el que se combinan dos elementos definitorios básicos que son, la calidad técnica y la calidez humana.
Desde nuestros centros de protección pretendemos e intentamos garantizar el modelo más cercano a un hogar familiar, en el que los niños, niñas y adolescentes, vean cubiertas todas sus necesidades, procurándoles una vida lo más estable y segura posible.